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jueves, 11 de agosto de 2011

Allá lejos y sin embargo tan cerca...

Quedó allá lejos
la tormenta
que azotó mis cimientos.

Pero aun perdura
el olor a madera quemada
el hedor de los sentimientos,
sepultados entre las ruinas.

Allá lejos quedó,
y sin embargo tan cerca...

Todavía en la noche
despierto sobresaltada,
investigo dónde me encuentro
aún embriagada entre sueños,
hasta que enciendo una luz...

Y acierto a entender
que ya no estoy donde estaba,
el dolor hondo en el pecho
comienza a ceder a favor de la calma,
trayéndome de nuevo al presente.

Tiro de la cisterna,
de nuevo me meto en la cama.

Hasta mañana...

2 comentarios:

David dijo...

Leña de un árbol caído.
Aprovéchate. Cambie el sentido.
Llega un momento en el que te sorprende lo indiferente que puedes ser a alguien pasado.
Sin llegar al odio, pero si a compadecerte de lo ajeno.

¿qué tal unas patatas asadas...?

;-)

ESENCIA dijo...

Con mantequilla?