Odín, Dios de los nueve mundos,
apiádate de este
muerto ya en la batalla.
Envíanos a tus hijas
Valquirias envueltas
en poesía y seda
y que recojan, al menos
a los gallardos
guerreros que dieron su vida
creyendo que luchaban
por justa causa…
Déjales renacer, Ave Fénix
a un nuevo orden
desfilando al lado de Gungnir.
Da otra oportunidad
a los limpios de alma,
que los trovadores así,
canten sus nombres
cuando hablen de tus hazañas.
Así que todo tenga
un sentido,
el caos de esta tierra revierta.
Y se salve el honor
que yace,
fibrilando,
desperdigado por las praderas.