Ahí quedaron en la orilla
las robustas maromas
que me anclaban a un puerto
Cuerdas que impedían
zozobrar a mi barco
Con el alma desgastada ya
de soportar tantos vientos
tempestades…
Ahí quedaron sí….
Solo tengo el timón
de la cordura
una tela rasgada
que hace de vela
y un faro en la proa
iluminando los mares que corta
mientras avanzo….
sin mapas ni estrellas.