Hace el agotamiento mella,
en la mente, en el cuerpo.
es mala la falta de tiempo….
La esencia se acurruca
en el letargo
intentando permanecer incólume
sin olvidar
los colores y texturas,
los juegos de palabras
soñando los verdes prados
el olor a tierra mojada…
anhelando momentos muertos
horas dilatadas en
atardeceres eternos…
Pero mientras,
creciendo el alma,
aprende a compartir
a dar en la escasez
de este mundo enfermo.
Surcan aun así,
sonrisas como aeroplanos
por todos los rincones,
acariciando esos minutos escasos,
apreciando las pequeñas cosas
como lo más grande.