No creí nunca poderte observar inerte...
A ti, que siempre fuiste oleaje
Caótico ímpetu desnortado
Por fin descansas en el silencio...
Sabiéndose vacío y expansión
Impulso sincero pero lleno de temor
Varaste tantas y tantas veces en puertos secos...
Trepaste por los bordes del mundo
Sin saber quién eras.
Pero ya has roto el capullo,
has muerto por mí.”