Me disuelvo en la armonía
que produce la asunción…
En el descanso de la derrota
cuando al tirar las armas
no queda nada porque luchar…
Aplico todas mis memorias
A estos 40 años
de esperanza compulsiva….
llegando a la elocuencia…
lo que es y la imposibilidad
de lo que quisiera que fuera….
Y hago huelga de brazos caídos
abriendo los ojos a mi existencia.
Soledad, eres peor que el hombre conquistador
Consiguiendo que me doblegue a tus encantos
eso sí, sinceros,
ofreciéndome verdades a puñados
gritándome ¡Aquí estoy¡,
¡Lo único auténtico que te has encontrado¡
Y …
Sabiéndome de nuevo en mi camino,
ese que sé a donde me lleva…
recorro una ristra de cipreses erguidos…
dándome la bienvenida
acompañándome hasta mi panteón.
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