Recorro la isla desierta
observo el cielo,
azul lienzo cambiante
de texturas juguetonas, variables
siento la arena
por entre los dedos…
Miro a todas partes
y me ofrece
su amistad, la sal,
apegándose a mi cuerpo
apretada contra mi
hasta que vuelvo a liberarla
en cierto modo
cuando me zambullo en el mar…
No hay horas, no hay tiempo
tan solo el recurrente sonido
de las olas al golpear.
Es tan solo un sueño…
ya sé…
pero se me antoja que aquí
espero, tranquila
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