Suena el otoño a lo lejos
recordándome el pasar el tiempo
que gobierna la vida
Prefiero el eterno silencio
y la dicha del vacío
que el anhelo constante
marcado por la urgencia
de los sentidos
La piel va madurando
y la mirada, más calma
no se posa en cualquier sitio
como antaño
Vaga oteando
un horizonte difuso
y de vez en cuando
descansa en el límpido azul
ya desprovisto de nubes…
Intuyendo el corazón
su esencia
en el eco
de lo inefable...
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